Cosas interesantes sobre la preparación de nuestros alimentos y productos de pastelería

 

Estimados clientes: en el pasado reciente, la confianza en la industria alimentaria se ha visto afectada por alimentos manipulados, dañados o incluso adulterados. Por lo tanto, queremos aclarar un poco sobre nuestros propios métodos de preparación y cocción actuales. En primer lugar, ponemos mucha atención en preparar nuestros alimentos y productos de panadería de manera natural, es decir, con materias primas naturales y de alto nivel, esto con el fin de ofrecer un producto de alta calidad.

 

Sin embargo, hoy en día llegan a muchos restaurantes una gran cantidad de materias primas ya preprocesadas, incluyendo químicos y otros aditivos artificiales, que no resultan favorables para nuestra salud. Max, nuestro experimentado maestro panadero, nos cuenta que vivió anteriormente, entre otras cosas, en una empresa en la que usaban cloro, ese líquido con el que limpiamos nuestro baño, para limpiar las semillas de moho. "Esto no debería ocurrir en una panadería responsable", dice Max molesto. "Con nosotros la materia prima y el producto final siempre se encuantran separados, para que el polvo de harina no llegue a los panes horneados y no los eche a perder".

 

Sin colorantes, ni conservadores

 

En nuestros bollos no hay colorantes, conservadores ni otros aditivos. "Esta es también la razón por la cual nuestros productos horneados duran generalmente de 3 a 4 días, o en la temporada de lluvias su consistencia se vuelve un poco húmeda. Pero eso es completamente natural, el cuerpo y la salud siempre lo van a agradecer", dice Max. Muchas empresas mexicanas usan por ejemplo el caramelo, un aditivo cancerígeno que a menudo se utiliza para la coloración de cereales con el fin de simular las harinas oscuras que se encuentran en el pan, que en México no son muy convencionales, como el centeno.

 

Durante muchos años, trabajamos con un molino local, y estamos convencidos de que nos ofrece un estándar de calidad aceptable. Este molino se hace cargo del control general, de los insectos y el moho que no sacan la maza química total. Aquí todavía encontramos métodos clásicos de control como trampas para ratones - en general, tratamientos mucho más amables para nuestros alimentos.

 

Todo preparado a mano

 

En nuestra panadería pesamos y mezclamos a mano diariamente todos los ingredientes. En el restaurante no utilizamos ningún premezclado, que en muchas cocinas sí es bastante común hoy en día. Cortamos y pelamos todo a mano, nuestras salsas son frescas, preparamos y trabajamos manualmente todas las materias primas. No utilizamos las salsas ya preparadas, ni productos precocinados. Condimentamos nuestra carne, y nuestras salchichas nosotros mismos.

 

Trabajamos con diferentes proveedores con los que  hemos tenido siempre buenas experiencias, donde la calidad es consistente y donde no hay cambios todos los días. Por ejemplo, nuestro proveedor de carne produce con un alto grado de calidad de forma continua. Como también surte a hoteles internacionales con altos estándares de higiene, no puede permitirse un desliz. Adquirimos nuestra carne en piezas grandes, y la cortamos manualmente todos los días. Recibimos nuestros embutidos de la carnicería tradicional alemana Selva Negra en Coyoacán. Lo que no encontramos en el país lo importamos para mantener nuestros estándares: por ejemplo el queso: no trabajamos con el queso análogo habitual, un sustituto del queso elaborado a partir de aceites vegetales, que sólo tiene un sabor parecido.

 

Proceso de fabricación atento

 

 

Por supuesto, la calidad tiene su precio. Pero ahorramos en otras cosas, para seguir ofreciendo nuestros productos de calidad a precios razonables. Por lo que utilizamos lámparas de bajo consumo y técnica europea, que requieren menos energía que otras en establecimientos similares. En nuestros baños reusamos el agua de lluvia. Únicamente no hemos querido surfear en la ola de lo orgánico. El profesor de Max le enseñó hace muchos años la máxima de “que uno no debe doblarse por una ideología particular, pero debe usar su sentido común”. Es decir, el conocimiento que ha demostrado su eficacia en muchos años de experiencia a través de las generaciones.